Fecha de publicación:
2 de marzo de 2023
 

Tiempo de lectura:
04:46 MIN

El trasplante renal es una opción de tratamiento óptima entre los pacientes con enfermedad renal terminal (ERT) que se asocia con una menor carga de costes. El cuidado de estos pacientes es complejo, lo que requiere medicación de por vida, pruebas de detección y seguimiento. Por tanto, incrementar el conocimiento del personal sanitario sobre este complejo procedimiento puede servir para proporcionar un mejor cuidado y prolongar la vida útil del órgano.

Conclusiones

  • Esta revisión sobre la optimización del cuidado en los receptores de trasplantes renales sugiere que:
    • La donación y el emparejamiento de órganos es un proceso complejo que implica múltiples disciplinas y personal clínico experto.
    • Este procedimiento de tratamiento no está exhento de riesgo. Las complicaciones durante y después de la cirugía deben ser supervisadas cuidadosamente y tratadas oportunamente.
    • El paciente trasplantado debe ser seguido por un nefrólogo de trasplante durante toda la vida del órgano.
    • El personal sanitario debe ser consciente de las complicaciones e infecciones frecuentes asociadas al trasplante renal, para proporcionar el mejor tratamiento posible.
    • Educar al paciente sobre el tratamiento farmacológico y la importancia del cuidado personal podría ayudar a prolongar la vida útil del órgano.
  • Después de recibir un trasplante, el objetivo final del paciente debe ser llevar una vida lo más normal posible.

Por qué es importante

  • La enfermedad renal crónica (ERC) y la ERT son problemas de salud graves en los Estados Unidos (EE. UU.). La prevalencia de la ERC está aumentando rápidamente debido a un aumento en la prevalencia de la hipertensión y la diabetes, lo que conduce a la ERT.
  • Actualmente hay disponibles varias opciones de tratamiento, incluidas hemodiálisis y diálisis peritoneal; sin embargo, el trasplante renal es la opción de tratamiento óptima en términos de resultados y esperanza de vida.
    • Por lo tanto, si una persona desarrolla ERT y no opta a alguna de estas opciones, esto puede incluso provocar la muerte.

Aspectos destacados clave

Estadísticas de trasplante

  • El trasplante renal es el tratamiento de referencia para los pacientes con ERT. Sin embargo, es una alternativa menos accesible debido a la escasez de órganos y otras barreras como las comorbilidades de los pacientes que requieren cirugía.
  • De acuerdo con los datos estadísticos de EE. UU. de 2018, Texas tenía menos donantes registrados (32%), mientras que Colorado tenía más donantes (69%). A pesar de estas buenas cifras, UNOS (United Network for Organ Sharing) solo informó de unos 20.000 donantes para 2021.
  • Varias barreras limitan la decisión de ser donante de órganos. Aun con estas barreras, UNOS ha informado de un aumento del 34% en la donación de órganos de fallecidos en los últimos cinco años. Actualmente hay alrededor de 786.000 pacientes con ERT: el 76% en diálisis y el 29% con trasplante renal.
    • En 2020, EE. UU. llevó a cabo 22.817 trasplantes renales.
    • La triste realidad de la ERT es que muchos pacientes que están en diálisis no son aptos para trasplante.
  • Las estadísticas muestran que hay escasez de órganos en EE. UU., con alrededor de 106.600 personas esperando trasplantes de órganos. Alrededor de 90.000 de ellos requieren trasplante de riñón. En la actualidad, el tiempo de espera promedio para el trasplante renal es de 3 a 5 años.
  • Actualmente, el sistema Medicare gasta una parte significativa de su presupuesto en la atención de pacientes con enfermedad renal y ERT. Se estima que, en 2020, se habrían gastado más de 10,3 billones solamente en pacientes con ERT.

Cuidado del receptor de trasplante renal

  • Dividido en dos fases diferentes:
    • Atención posquirúrgica temprana (primera fase): Optimizar la función del injerto, reducir el riesgo de rechazo agudo, reconocerlo y prevenir infecciones oportunistas.
    • Mantenimiento de la atención 3 meses después de la cirugía (segunda fase): Mantener la función del injerto, seguir un calendario de medicación, llevar un estilo de vida saludable y minimizar los efectos secundarios de la inmunosupresión a largo plazo.
  • Para prepararse para la cirugía, los pacientes deben someterse a diversas pruebas para asegurarse de que están lo suficientemente sanos para el procedimiento. Por tanto, el paciente debe estar en buen estado de salud.
  • El programa “Kidney Disease Outcomes Quality Initiative” establece criterios para lograr el mejor resultado posible después de un trasplante renal. Se sugiere que el paciente inicie un inmunosupresor antes de la cirugía.
    • El personal de enfermería desempeña un papel esencial a la hora de garantizar la administración oportuna del tratamiento inmunosupresor, lo que ayuda a reducir el rechazo agudo durante el periodo inicial de atención postrasplante.
  • La atención postoperatoria inmediata para un trasplante renal es bastante completa. Es importante que el personal sanitario supervise constantemente las constantes vitales y la temperatura para identificar las complicaciones e infecciones posoperatorias lo más rápido posible.
    • Como resultado, poco después del trasplante, los pacientes reciben medicamentos profilácticos para infecciones oportunistas.
    • Las medidas posoperatorias rutinarias para la prevención de la tromboembolia venosa y el control del dolor también son esenciales.
  • La complicación más prevalente asociada con el trasplante renal es el rechazo agudo. Es crucial una estrecha monitorización de los niveles de fármacos, electrolitos y perfiles de la función renal.
  • La infección es la principal causa de mortalidad en los pacientes después del trasplante (53%). Para evitar esto, a los pacientes que reciben el trasplante se les receta con frecuencia antivirales y antibióticos además del complejo régimen inmunosupresor.
  • Es importante animar a los pacientes a aprender sobre la terapia farmacológica y la necesidad de tomarla de forma sistemática.
  • La enfermedad cardiovascular (CV) se asocia con frecuencia a los pacientes con ERT. Para evitar acontecimientos CV posteriores al trasplante, haya que asegurar que los regímenes antihipertensivos, la monitorización de la presión arterial y el seguimiento cardiológico sean correctos.
  • Una vez que el paciente recibe el alta hospitalaria, con frecuencia se le pide que regrese a la clínica de trasplante dos veces por semana para realizar análisis y evaluaciones, y la frecuencia disminuye con el tiempo. A menudo se aconseja a los pacientes que eviten los deportes de contacto y la actividad intensa, que pueden aumentar el riesgo de hernia.
  • Se anima a los pacientes a mantener una dieta saludable y equilibrada llevando un estilo de vida saludable. Los pacientes deben volver a aprender lo que es saludable y adherirse a los límites de alimentos recomendados.
    • El uso de corticoesteroides después del trasplante aumenta el apetito, lo que hace que los pacientes aumenten de peso. Para evitar la obesidad y la diabetes inducida por esteroides, los pacientes deben trabajar estrechamente con un nutricionista y un trabajador social. También se recomienda hacer ejercicio.
  • Para los pacientes trasplantados, mantener una cobertura de seguro para los costes de los medicamentos, los médicos especializados, la hospitalización y los procedimientos es muy importante.
  • El objetivo final para el paciente después del trasplante es vivir la vida lo más normal posible.

 

Para obtener más información, consulte la publicación original Horka K, et al.

MAT-ES-2103787 V2 – Noviembre 2022

    Horka K. Optimización de la atención en el trasplante de riñón. Crit Care Nurs Clin North Am. 2022;34(4):443−451. doi: 10.1016/j.cnc.2022.08.003. PMID: 36336434.

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