Fecha de publicación:
15 de noviembre de 2022
 

Tiempo de lectura:
04:30 MIN
 

Dra. María Queralt Salas
Médico especialista en hematología adjunta al Programa de trasplante de progenitores hematopoyéticos del Hospital Clinic de Barcelona

La fragilidad es un síndrome prevalente en pacientes que reciben un trasplante de progenitores hematológicos (TPH), cuya presencia incrementa el riesgo de presentar toxicidades y reduce la supervivencia postrasplante. La evaluación y tratamiento de la fragilidad en pacientes TPH puede mejorar los resultados finales del trasplante.

Las mejoras de la práctica clínica junto con el aumento en la esperanza de vida de la población han expandido las indicaciones del TPH, tanto autólogo como alogénico. La estratificación por nivel de riesgo previo a la realización del TPH es esencial para determinar la elegibilidad de los pacientes, mejorar el asesoramiento clínico y facilitar la decisión de estos1.

El síndrome de fragilidad se caracteriza por la disfunción de diferentes sistemas, que se manifiesta en una falta de adaptación de respuesta a estresores, y que lleva a un ciclo negativo de deterioro funcional y a otros resultados adversos en términos de salud2. La fragilidad puede desencadenarse por el propio envejecimiento, o acelerarse secundariamente por factores externos, como las enfermedades hematológicas y los tratamientos derivados de las mismas3.

La fragilidad ha demostrado ser un síndrome prevalente en pacientes candidatos o tratados con un TPH (entre el 8-25%, según estudios publicados), independientemente de la enfermedad hematológica de base y de la edad del paciente. A su vez, su presencia se ha asociado con un incremento en la toxicidad derivada del procedimiento y una mayor mortalidad, motivos suficientes para que la evaluación del síndrome de fragilidad en el campo del TPH sea altamente recomendable4.

Existen diferentes herramientas diseñadas para diagnosticar la fragilidad en pacientes candidatos o tratados con un TPH, la mayoría de ellas elaboradas a partir de escalas validadas y utilizadas para evaluar la fragilidad en la población geriátrica (Tabla 1)5-11. Sin embargo, todavía no existe un consenso acerca de cuál es la mejor metodología para evaluar este síndrome en el campo del TPH.

Tabla 1. Resumen de diferentes propuestas para explorar la fragilidad en el ámbito del TPH.

MM: Multiple Myeloma; 3MS: Modified-Mini Mental Status; ADL: Activities of Daily Living Test; BOMC: Cognition by Blessed Orientation Memory Concentration; CFS: Clinical Frailty Score; CIRS-G Cumulative Illness Rating Scale-Geriatric; ECOG: Eastern Cooperative Oncology Group; FACT-BMT: Functional Assessment Cancer Therapy-Bone Marrow Transplantation; HADS: Hospital Anxiety and Depression Scale; IADL: Instrumental Activities of Daily Living Test; IMC: índice de masa corporal; KPS: Karnofsky Performance Status; MHI-5: Five-question Mini Health Inventory; MM: Mieloma multiple; MMSE: Mini Mental State Examination; MOS-PH Medical Outcomes Study Physical Health score; MOS-SSS: Medical Outcomes Study-Social Support Survey; PCR: proteína C-reactiva;SF-36-PCS: 36- Item Short Form Physical Component Summary; SPPB: Short Physical Performance Battery; TPH: trasplante de progenitores hematológicos; TUGT: Timed Up and Go Test. Tabla de elaboración propia.

Por otra parte, la mayoría de las metodologías y herramientas propuestas requieren, para su aplicación, la intervención de especialistas cualificados, tiempo de trabajo, visitas médicas adicionales y recursos materiales, que no necesariamente estarán disponibles en todas las unidades de TPH.

La fragilidad es un proceso dinámico sobre el que se puede influir y revertirlo a través de intervenciones específicas más o menos complejas y, en determinados casos, multidisciplinares. Por tanto, el manejo de este síndrome debe centrarse en su detección, su tratamiento y la prevención de eventuales consecuencias12. La evaluación y monitorización del síndrome de fragilidad de forma rutinaria en el paciente que se somete a un TPH podría ser un paso previo en el diseño de intervenciones específicas y multidisciplinares y/o planes de prehabilitación y rehabilitación post-TPH. El objetivo final de las actuaciones es actuar sobre el síndrome para minimizar el impacto negativo del TPH en la calidad de vida y en la morbimortalidad del paciente.

Aunque los potenciales beneficios de reconocer el síndrome de la fragilidad en TPH, y actuar en consecuencia, parecen claros, el conocimiento sobre la mejor metodología para prevenir o revertir el síndrome de fragilidad del paciente trasplantado es todavía muy limitado. Actualmente los esfuerzos se dirigen hacia el diseño de abordajes multidisciplinares e individualizados, que tratan de recoger la información necesaria sobre el estado de fragilidad del paciente con los recursos disponibles y, en base a ella, diseñar programas de recuperación.

Dra. María Queralt Salas
Médico especialista en hematología adjunta al Programa de trasplante de progenitores hematopoyéticos del Hospital Clinic de Barcelona

Unidad de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos. Departamento de Hematología Clínica. Instituto Clínic de Enfermedades Hematológicas y Oncológicas (ICHMO). Hospital Clinic de Barcelona.

MAT-ES-2200549 V1 – Marzo 2022

    1. Kanate AS, Perales MA, Hamadani M. Eligibility Criteria for Patients Undergoing Allogeneic Hematopoietic Cell Transplantation. J Natl Compr Canc Netw. 2020;18(5):635-43.

    2. Chen X, Mao G, Leng SX. Frailty syndrome: an overview. Clin Interv Aging. 2014;9:433-41.

    3. Abel GA, Klepin HD. Frailty and the management of hematologic malignancies. Blood. 2018;131(5):515-24.

    4. Hegde A, Murthy HS. Frailty: the missing piece of the pre- hematopoietic cell transplantation assessment? Bone Marrow Transplant. 2018;53(1):3-10.

    5. Muffly LS, Boulukos M, Swanson K, Kocherginsky M, Cerro PD, Schroeder L, et al. Pilot study of comprehensive geriatric assessment (CGA) in allogeneic transplant: CGA captures a high prevalence of vulnerabilities in older transplant recipients. Biol Blood Marrow Transplant. 2013;19(3):429-34.

    6. Deschler B, Ihorst G, Schnitzler S, Bertz H, Finke J. Geriatric assessment and quality of life in older patients considered for allogeneic hematopoietic cell transplantation: a prospective risk factor and serial assessment analysis. Bone Marrow Transplant. 2018;53(5):565-75.

    7. Nawas MT, Andreadis C, Martin TG, Wolf JL, Ai WZ, Kaplan LD, et al. Limitation in Patient-Reported Function Is Associated with Inferior Survival in Older Adults Undergoing Autologous Hematopoietic Cell Transplantation. Biol Blood Marrow Transplant. 2019;25(6):1218-24.

    8. Rosko AE, Huang Y, Benson DM, Efebera YA, Hofmeister C, Jaglowski S, et al. Use of a comprehensive frailty assessment to predict morbidity in patients with multiple myeloma undergoing transplant. J Geriatr Oncol. 2019;10(3):479-85.

    9. Olin RL, Fretham C, Pasquini MC, Arora M, Bhatt VR, Derman B, et al. Geriatric assessment in older alloHCT recipients: association of functional and cognitive impairment with outcomes. Blood Adv. 2020;4(12):2810-20.

    10. Polverelli N, Tura P, Battipaglia G, Malagola M, Bernardi S, Gandolfi L, et al. Multidimensional geriatric assessment for elderly hematological patients (>/=60 years) submitted to allogeneic stem cell transplantation. A French-Italian 10-year experience on 228 patients. Bone Marrow Transplant. 2020;55(12):2224-33.

    11. Salas MQ, Atenafu EG, Bascom O, Wilson L, Lam W, Law AD, et al. Pilot prospective study of Frailty and Functionality in routine clinical assessment in allogeneic hematopoietic cell transplantation. Bone Marrow Transplant. 2021;56(1):60-9.

    12. Bouillon K, Kivimaki M, Hamer M, Sabia S, Fransson EI, Singh-Manoux A, et al. Measures of frailty in population-based studies: an overview. BMC Geriatr. 2013;13:64.

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