Fecha de publicación:
10 de agosto de 2020

La teleconsulta se ha instaurado como la principal herramienta para que muchos profesionales sanitarios puedan seguir cuidando de sus pacientes en esta pandemia.

LA LLEGADA DE LA COVID-19 HA IMPULSADO UNA NUEVA FORMA DE PRESTAR ASISTENCIA SANITARIA

La aparición de la COVID-19 ha sumergido a todo el mundo en una pandemia sin precedentes en nuestra historia reciente. Este hecho, además de poner en jaque a nuestro sistema económico, también ha planteado grandes desafíos en el ámbito médico y asistencial.

Nuestros hospitales no estaban preparados para hacer frente a tal avalancha de contagios y, consecuentemente, muchos de ellos se vieron al borde de la saturación y el colapso. La falta de camas, de materiales y de profesionales sanitarios, causaron grandes estragos al inicio de la emergencia sanitaria. De este modo, los hospitales acabaron convirtiéndose en posibles focos de contagio por lo que, muchos ciudadanos que requerían de asistencia médica, no acudían por temor a contagiarse y, los pocos que sí lo hacían, debían enfrentarse a la precariedad de medios y recursos disponibles.

Por todo ello, no resulta de extrañar que el uso de la telemedicina se haya incrementado exponencialmente durante esta pandemia. Según la OMS, la telemedicina se entiende como la prestación de servicios de atención médica por los profesionales de la salud, a través de la aplicación de las tecnologías de la información y comunicación, para el intercambio de una información válida que permita ofrecer un diagnóstico, dispensar un tratamiento o prevenir enfermedades y lesiones, así como para poder investigar y evaluar y, todo ello, en aras de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades (1). 

En definitiva, la telemedicina se basa en aplicar las TICs –Tecnologías de la Información y la Comunicación- en el plano médico y asistencial. Dentro de esta nueva forma de hacer salud, distinguimos múltiples usos y aplicaciones como el monitoreo remoto de los pacientes, la teleradiología, la teleeducación sanitaria o la teleconsulta. Y es esta última la que ha ocupado un papel fundamental en esta situación excepcional.

La teleconsulta se ha convertido en la principal herramienta de comunicación segura entre pacientes y profesionales sanitarios. Esencialmente, la teleconsulta engloba todas las interacciones que ocurren entre un médico y un paciente, con el fin de proporcionar asesoramiento diagnóstico o terapéutico, a través de medios electrónicos.

Y es que, además de suponer un alivio en momentos de colapso en las consultas médicas u hospitalarias, también comporta otros grandes beneficios, tanto para los pacientes como para los propios profesionales:

  • Permite evaluar pacientes de forma remota, evitando visitas innecesarias que pueden saturar los servicios de atención primaria.
  • Comporta una mejora en el control, seguimiento y monitoreo del paciente.
  • Elimina las barreras geográficas, por lo que cualquier paciente puede acceder a los servicios prestados por el profesional, con independencia de donde resida o de si dispone de recursos para desplazarse hasta la consulta.
  • Mejora el servicio de atención continuada de los pacientes.
  • Evita las ausencias de pacientes a consulta por imprevistos de última hora. 
  • Reduce exponencialmente el riesgo de contagio, al evitar desplazamientos hasta los hospitales, creando un entorno seguro para el paciente y el profesional.

Herramientas para realizar teleconsulta en el sector sanitario

Como hemos observado, la teleconsulta se ha convertido en una disciplina esencial de la telemedicina para garantizar la asistencia sanitaria en los tiempos de la COVID-19. Pero, hay que prestar especial atención a qué herramientas deben utilizarse para desarrollar este tipo de servicio.

En primer lugar, cabe destacar que existen diferentes plataformas especializadas en el ámbito sanitario que ofrecen un servicio de gestión integral. Es decir, que además de ofrecer el servicio de teleconsulta, también cuentan con otros servicios adicionales como la mensajería privada entre paciente y profesional, la posibilidad de acceder al historial clínico del paciente o la posibilidad de emitir receta electrónica. Paralelamente, existen otras plataformas cuyo servicio se limita a facilitar la realización de la video consulta.

A continuación, veremos algunos ejemplos:

Docline –Plataforma con servicio de gestión integral-

Docline es una de las principales plataformas para llevar a cabo el servicio de teleconsulta.

Además de garantizar la seguridad en la protección y el tratamiento de los datos de los pacientes –cuestión esencial para optar por una u otra plataforma- dispone de un servicio de gestión que ofrece múltiples servicios para el propio profesional, como el acceso inmediato al historial clínico del paciente, o un calendario de visitas para facilitar la gestión de las video consultas.

Una de las características esenciales de Docline es que dispone de una plataforma de pago TPV que permite gestionar pagos online adaptándose a diferentes modelos y escenarios, pudiendo recibir el pago online por anticipado una vez se haya agendado la consulta.

Permite al usuario probar gratuitamente la plataforma durante un período de 15 días.

Doctorup –Plataforma con servicio de gestión integral-

Esta plataforma, creada con las últimas tecnologías y la máxima seguridad, está destinada a que los profesionales con consulta privada puedan ampliar sus expectativas y clientela con el servicio de teleconsulta.

Doctorup también se erige como una de las principales plataformas de videoconferencia sanitaria porque, además de ajustarse a la normativa sobre protección de datos, crea un espacio de trabajo que almacena la información recopilada sobre el paciente en la nube, de forma que el profesional sanitario puede acceder rápidamente a dicha información y la puede compartir, siempre que desee, con el propio paciente.

Y, aunque el propio paciente pueda aportar información para ayudar al profesional a entender qué le sucede -análisis, radiografías, informes-, no podrá modificar los documentos o información desarrollados por el profesional.

DriCloud – Plataforma con servicio de gestión integral-

DriCloud es una plataforma muy completa que, además de ofrecer el servicio de teleconsultas garantizando el cumplimiento de la normativa relativa a la protección de datos, cuenta con un servicio adicional muy innovador.

En este sentido, DriCloud permite al profesional conectarse en la nube con varios laboratorios y casas comerciales. De esta manera, el usuario puede realizar peticiones y ver el estado de cada pedido en tiempo real. Así mismo, también permite intercambiar informes, fotografías y comunicaciones hasta la recepción del material en la clínica o el resultado de las pruebas.

Teniendo en cuenta la crisis por la COVID-19, esta plataforma ofrece el servicio de teleconsulta, con video llamadas ilimitadas, de manera totalmente gratuita.

OpenSalud –Plataforma con servicio de gestión integral-

Como todas las plataformas anteriores, OpenSalud no sólo se limita a que el profesional sanitario pueda realizar teleconsultas a través de ella, sino que incorpora servicios tales como:

  • La posibilidad de que el paciente reserve cita presencial
  • Dota al usuario de instrumentos de teleexploración y telemonitorización para ofrecer un servicio más completo. 
  • Permite que el profesional cree “packs” de servicios y suscripciones con la tarifa que estime conveniente.
  • Cuenta con un servicio de mensajería que permite resolver las dudas de los pacientes por escrito de forma rápida y sencilla.

En este caso, la plataforma ofrece la posibilidad de que el usuario pueda disfrutar de todos estos servicios de manera gratuita durante 3 meses.

Zoom -Plataforma con servicio de teleconsulta-

Zoom es una plataforma muy conocida para la realización de videollamadas de forma segura, no sólo en el ámbito asistencial o de salud. 

A diferencia del resto de plataformas analizadas, Zoom no cuenta con un servicio de gestión integral. Únicamente, ofrece al profesional sanitario la posibilidad de realizar teleconsultas con pacientes, garantizando el cumplimiento de las medidas de seguridad y protección exigidas por la normativa. 

La importancia de que la plataforma cumpla con la normativa de protección de datos

El uso de plataformas de comunicación comerciales como Skype, Facetime o similares, deben evitarse para prestar el servicio de tele-consulta, ya que no cumplen con la legislación europea y nacional de protección de datos. 

Con independencia de la plataforma que se utilice es esencial que, antes de desarrollar este servicio, el profesional sanitario se cerciore de que la plataforma con la que opera se ajusta a las políticas de privacidad y de protección de datos que nuestra normativa exige.

En todo caso, se debe utilizar una plataforma que disponga de todas las medidas de protección y seguridad contempladas en la Ley Orgánica de Protección de Datos, así como en el Reglamento General de Protección de Datos, entre otros. En caso contrario, el profesional sanitario que incumpla con estas obligaciones, podría incurrir en una infracción grave con las consiguientes responsabilidades y sanciones. 

MAT-ES-2102390

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