Fecha de publicación:
25 de septiembre de 2020

La incidencia de la telemedicina aumenta en España a partir de la expansión de la Covid-19 

Desde hace unos años, la telemedicina se iba abriendo camino progresivamente en nuestro sistema asistencial, pero no ha sido hasta la aparición de la Covid-19, que su uso ha experimentado un crecimiento sin precedentes.

La telemedicina se caracteriza por la aplicación de las Tecnologías de la Informática y la Comunicación –TICs- en el ámbito asistencial sanitario. Su principal objetivo es mejorar la calidad del servicio ofrecido al paciente, reforzando los mecanismos de atención existentes.

Con los hospitales colapsados, y la amenaza de un nuevo virus, la telemedicina se ha constituido como una alternativa a la asistencia sanitaria tradicional, ya que permite solventar muchas de las necesidades actuales, presentes en un contexto de pandemia:

  • Permite que el paciente pueda recibir asistencia sanitaria sin tener que desplazarse hasta un centro de salud u hospital, evitando un mayor riesgo de contagio.
  • Evita el colapso de los centros de Atención Primaria y hospitales, actualmente desbordados por pacientes Covid-19.

Pero la telemedicina no sólo puede ofrecernos grandes ventajas en una situación de emergencia sanitaria, sino que comporta grandes beneficios en cualquier escenario, tanto para pacientes, como para profesionales sanitarios:

  • Elimina las barreras geográficas
  • Optimiza el tiempo de consulta
  • Elimina los tiempos de espera
  • Mejora la experiencia del paciente

Es por ello que, la telemedicina debe disponer de una mayor presencia en el Sistema Nacional de Salud, y no por la aparición de la Covid-19, sino por la mejora asistencial que su implementación puede reportar para todos.

Las especialidades en telemedicina con una mayor incidencia en España

Dentro de la telemedicina podemos distinguir diferentes funcionalidades y especialidades, en atención al área médica a la que se apliquen estas nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación –TICs-.

Las Comunidades Autónomas han apostado por implementar distintos proyectos de telemedicina, buscando mejorar el servicio ofrecido a los pacientes y optimizar los recursos sanitarios de los que disponen.

De acuerdo con los datos publicados en El Índice SEIS 2019 (1), elaborado por la Sociedad Española de Informática de la Salud -SEIS-, la teledermatología, el teleictus, la teleoftalmología y la telepsiquiatría son algunas de las especialidades que encabezan los proyectos de telemedicina en España. En el lado opuesto del ranking, encontramos la telepatología, el teletratamiento anticoagulante oral, la telepediatría y los telepaliativos. 

1. Teledermatología

En el ámbito de la dermatología, la aplicación de las TICs se emplea, esencialmente, a intercambiar información médica –relacionada con las condiciones dermatológicas del paciente- a distancia, utilizando la comunicación audiovisual y de datos.

En este sentido, cabe destacar que, el método que comúnmente se lleva a cabo en la tele-dermatología para almacenar o enviar datos, es el empleo de imágenes digitales, las cuales también pueden transmitir información médica de forma adjunta. Ésta es una técnica muy útil para recabar la opinión de otros profesionales y expertos en la materia, sin necesidad de que el paciente tenga que volver de nuevo a la consulta para ser examinado por ambos.

La tele-dermatología también trata de fomentar el autocuidado del paciente de forma más interactiva a través de portales donde el usuario puede acceder a materiales educativos descargables.

La tele-dermatología es la especialidad en telemedicina más extendida por todo el territorio nacional, y la mayoría de Comunidades Autónomas ya la han implantado de forma efectiva en sus respectivos sistemas sanitarios.

2. Teleictus

Varias Comunidades Autónomas, como las Islas Baleares o Madrid, han apostado por incluir dentro de sus servicios sanitarios el “tele-ictus”.

Como ejemplo, el servicio de tele-ictus implementado por las Islas Baleares (2) ha supuesto la creación de una red de consultas intrahospitalarias que permite que el paciente reciba una asistencia especializada, con independencia de los recursos o tamaño del hospital en el que se encuentre.

Cuando se presenta un caso de ictus, el intensivista realiza una llamada para acordar la videoconferencia donde se revisa la historia, la exploración neurológica y el TAC craneal del paciente, permitiendo que los profesionales de los dos centros puedan hacer su valoración para decidir si un paciente debe recibir tratamiento fibrinolítico.

De esta manera, los profesionales de cualquier hospital pueden contar con el asesoramiento de un especialista para que el enfermo pueda recibir un tratamiento fibrinolítico a distancia –en caso de que fuera necesario- garantizando así una equidad en la asistencia de todos los pacientes.

3. Telepsiquiatría

La telepsiquiatría es otro claro ejemplo de cómo la tecnología puede mejorar la calidad del servicio ofrecida a los pacientes.

En Castilla y León han implementado un novedoso proyecto dirigido a mejorar la asistencia psiquiátrica en el norte de Palencia (3). Debido a la escasez de recursos y la gran distancia entre los pueblos incluidos en el proyecto, hasta la consulta de Salud Mental –los desplazamientos superan con frecuencia los 100 km-, esta comunidad ha apostado por incluir, como complemento de apoyo a las consultas presenciales, dispositivos de comunicación telemática para que las personas que deban recibir asistencia psiquiátrica lo puedan hacer, con independencia de sus recursos de movilidad.

La telemedicina es la medicina del futuro

 Poco a poco la telemedicina va ocupando un espacio más relevante en nuestro sistema sanitario. Es importante no retroceder y seguir apostando por la aplicación de las TICs en medicina, ya que los beneficios que reporta son muy significativos, tanto para profesionales sanitarios, como para pacientes.

MAT-ES-2102390

Temas relacionados