Fecha de publicación:
27 de diciembre de 2019

La realidad virtual genera mundos inexistentes en los pacientes. Permite simular una experiencia sensorial completa dentro de un ambiente artificial sin que se pueda ver nada de lo que hay en el exterior. Funciona con unas gafas especiales que llevan unos sensores que reconocen el movimiento de la cabeza, de manera que reproduzca el movimiento en el mundo virtual. Además cuenta con unos auriculares que ayudan a orientar al usuario al identificar la dirección de la que proceden los sonidos.
 

¿Qué usos se hacen de la realidad virtual?

La realidad virtual permite distintos usos. Desde la formación de médicos, pasando por el tratamiento de diferentes enfermedades, hasta el acompañamiento del cirujano en una operación. Es una herramienta muy útil para el sector de la medicina. Y permite enfrentarse a retos como:

  • El acceso de los pacientes a determinados servicios.
  • Conseguir una atención de mucha calidad.
  • Cubrir las carencias clínicas y médicas.
  • Abarcar las disparidades geográficas y económicas en atención sanitaria.

Aplicaciones de realidad aumentada

Formación de futuros médicos. Con la realidad virtual, los estudiantes de medicina pueden repetir el entrenamiento tantas veces como necesiten y poner en práctica diferentes métodos. También pueden analizar distintas patologías, ver los diferentes órganos desde varios ángulos y evitar la práctica con pacientes reales.

Reducir la angustia en preoperatorio. Los pacientes pueden visualizar, en unas gafas de realidad virtual, todo el procedimiento desde su llegada al hospital: quién les atenderá, cómo es el quirófano, cómo funciona la anestesia, etc.

Terapias psicológicas para tratar fobias, alteraciones de la imagen corporal, vértigo, trastorno de pánico y agorafobia, trastorno de alimentación compulsiva, miedo a espacios cerrados, reducir la depresión, tratamiento de la demencia, etc.

Rehabilitación funcional. Se puede conseguir rehabilitar el movimiento en pacientes con lesiones motoras, ya sea por accidentes o por enfermedades. Se estimula el cerebro para que consiga dar órdenes y genere movimientos.

Reducción de dependencias. Mediante las gafas de realidad virtual se tratan adicciones, se someten a los pacientes a imágenes y vídeos que muestren los efectos de las drogas. Los médicos realizan una monitorización de los ojos de los pacientes para determinar sus reacciones con la ayuda de sensores de la piel que miden la actividad electrodermal y la velocidad del pulso. La finalidad es entrenarlos para rechazar las drogas.

Podemos observar que los avances en realidad virtual en el terreno de la salud son más complejos que en otros, debido, entre otros factores, a la elevada carga a nivel regulatorio. Si se quiere apostar para que la realidad virtual cambie el futuro, debería imperar una mentalidad más abierta. Pensemos que su uso a corto plazo permitiría mejorar la precisión en gran parte de actuaciones, y mejoraría las capacidades de las personas y sus comportamientos, a nivel de profesionales y pacientes.

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