Fecha de publicación:
10 de mayo 2019
 

Tiempo de lectura:
30:00 MIN
 

Resumen

El cáncer de próstata (CP) es el tumor de mayor incidencia en el varón en España, con 33.370 nuevos casos diagnosticados en 2015, y el tercero en cuanto a mortalidad. Por su evolución natural y la mejora en los métodos de diagnóstico y tratamiento es el tumor de mayor prevalencia1. La relación entre la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) y el cáncer es bien conocida desde hace más de 150 años, y la ETV es una importante causa de morbimortalidad en los pacientes oncológicos. Aproximadamente el 20% de los pacientes con un episodio de ETV tiene un cáncer, y en sentido contrario, hasta el 15% de los pacientes con cáncer desarrolla un episodio de ETV, si bien la incidencia difiere en los distintos tipos de tumores, así como con diversos factores dependientes del propio tumor, del paciente y del tratamiento instaurado. El CP se engloba dentro de los tumores con bajo-moderado riesgo de ETV; su importancia en relación con esta complicación viene derivada de su alta prevalencia, la edad media de los pacientes y los tratamientos oncológicos específicos y de soporte empleados en su manejo, ya que todos estos factores pueden propiciar un aumento en la incidencia de ETV2,3. El CP es un tumor dependiente de hormonas para su crecimiento y desarrollo, de forma que la terapia de deprivación androgénica (TDA) es la columna vertebral para su manejo, sobre todo en fases avanzadas de la enfermedad.

Se ha demostrado un incremento del riesgo de ETV asociado a la TDA, que parece relacionarse en especial con la duración de dicho bloqueo. El diagnóstico precoz de la enfermedad, propiciado por el habitual empleo de la determinación del antígeno específico de próstata, conlleva que a muchos pacientes se les pueda ofrecer un tratamiento local con intención radical con cirugía o radioterapia, cuya implicación en el desarrollo de ETV será analizada en esta revisión. El tratamiento del CP metastásico resistente a la castración ha sufrido una revolución desde el año 2011 con la aprobación de cuatro nuevos fármacos que mejoran la supervivencia global, que se suman al docetaxel, fármaco que desde 2004 es la principal quimioterapia empleada en la enfermedad (Figura 1). Repasaremos la relación de estas terapias con la ETV. Por último, es muy habitual el empleo de glucocorticoides, antiinflamatorios no esteroideos y agentes estimulantes de la eritropoyesis en los pacientes con CP metastásico, factores que también se han relacionado con un aumento en la incidencia de la ETV. En esta monografía se revisa de manera pormenorizada la evidencia científica en relación a la ETV y el CP, así como las recomendaciones para su manejo y profilaxis.

Autores

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Dr. Andrés Muñoz Martín
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid.
Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid (Premio Extraordinario).

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Dr. Silverio Ros Martínez
Servicio Oncología Médica, Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia.

Revisión de la evidencia científica en relación a la ETV y el cáncer de próstata, así como las recomendaciones para su manejo y profilaxis.

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