Fecha de publicación:
5 de agosto de 2022

El desafío que suponen sobre todo los casos a largo plazo mantiene la necesidad de mejoras ante el crecimiento constante de la población que necesita diálisis

"A pesar de la multitud de avances recientes en el acceso para hemodiálisis, aún son necesarias más mejoras". Y es que la población que requiere este tratamiento sigue creciendo de manera constante, lo que supone un reto sobre todo en los casos en los que la diálisis se va a mantener a largo plazo.
Estas son algunas de las afirmaciones que recoge un estudio en el que se analizan las nuevas terapias clínicas y tecnologías en el acceso vascular de diálisis publicado en Kidney360, la revista de la American Society of Nephrology. Y la conclusión es que, aunque los procedimientos para diálisis existen desde hace más de 60 años, "persisten desafíos importantes con el acceso vascular para apoyar la hemodiálisis".
Los autores apuntan a que la falta de maduración de las fístulas arteriovenosas (FAV), la pérdida de la propia FAV y la permeabilidad del injerto, la trombosis y la infección "dificultan el acceso a largo plazo y añaden costes sanitarios adicionales, así como morbilidad del paciente". Los problemas, en definitiva, persisten pese a que ha habido numerosas innovaciones durante la última década destinadas a abordarlos.

Campo abierto a la investigación

"Queda por ver si la panacea para mantener el acceso a la hemodiálisis a largo plazo es a través de nuevas técnicas de creación de FAV, mejores diseños de injertos, terapia con células madre, innovaciones en la administración de fármacos, una combinación de algunos o ninguno en absoluto". Esto supone en la práctica que "las deficiencias actuales crean oportunidades interesantes para la investigación y la innovación" en este terreno. El estudio recuerda que hay aproximadamente cuatro millones de pacientes en todo el mundo con enfermedad renal en etapa terminal (ERT), muchos de los cuales requerirán un acceso vascular que funcione bien para poder realizar la hemodiálisis. La fístula arteriovenosa colocada quirúrgicamente ha sido la modalidad preferida durante varias décadas, "pero tiene una permeabilidad limitada a largo plazo".

Métodos alternativos

Resolver este problema "sigue siendo un desafío" pese al uso de tecnologías innovadoras y al desarrollo de accesos vasculares alternativos. En este sentido, se subraya que "los balones recubiertos con fármacos pueden ayudar a mantener un acceso vascular satisfactorio, mientras que la terapia con células madre y los métodos alternativos de administración de fármacos pueden mejorar el éxito de la maduración de la fístula". Los injertos son hoy por hoy la modalidad de acceso de segunda línea, ya que maduran más rápido y pueden usarse en pacientes con venas pequeñas que no soportan la creación de fístulas. Si bien el injerto de politetrafluoroetileno expandido (ePTFE) sigue siendo el estándar, se están estudiando nuevos dispositivos y materiales.

Un campo abierto a otras opciones

En los últimos años se han producido innovaciones en la tecnología de injertos, lo que ha propiciado mejoras sustanciales en los injertos de bioingeniería, tanto con tejido del propio paciente como con las opciones que ofrece el cultivo in vitro. La investigación es continua en este campo, como demuestran los injertos HeRO o InnAVasc. El estudio también revisa la administración local de fármacos mediante angioplastia con balón, una técnica que existe desde hace casi 30 años, y analiza la controversia desatada con respecto a la seguridad de los globos recubiertos de paclitaxel. En este sentido, apunta a que una solución al problema puede estar en la utilización de medicamentos alternativos para recubrir el globo. Los autores repasan asimismo otras opciones, como la creación de FAV endovascular, la terapia con células madre y la terapia farmacológica periadventicial, que están abriendo un nuevo camino en el que, no obstante, queda mucho por recorrer.

MAT-ES-2102623 V1 Julio 2021

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