Fecha de publicación:
25 de junio de 2020
 

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Cuando se necesita un trasplante de riñón, la opción más habitual es entrar en la lista de espera de trasplantes. Sin embargo, hay casos de insuficiencia renal en los que urgencia lleva a plantear la donación en vivo, que generalmente se realiza con el riñón de un familiar compatible. En las ocasiones en las que ningún familiar cumple con los criterios, existe lo que se denomina como trasplante renal cruzado. Es decir, que aunque nuestro familiar no sea compatible, si lo puede ser para otra familia, que igualmente nos done su riñón, aunque lo general es que este tipo de intercambio se realice entre varias parejas de receptor y donante.

Este tipo de trasplante se realiza incluso a nivel internacional. En Estados Unidos comenzó a ponerse en práctica a finales de los 90. En España , este tipo de programas ofrece a los pacientes con insuficiencia renal crónica la posibilidad de donación y trasplante de riñón de vivo en aquellos casos en que no existe compatibilidad entre donante y receptor, por grupo sanguíneo ABO incompatible o por haber resultado la prueba cruzada positiva, así como en otros supuestos en los que, sin existir una imposibilidad real para trasplante entre la pareja, existe un beneficio real asociado a un procedimiento de trasplante renal cruzado.

Según resaltaba la Asociación Americana de Nefrología , incluso después de trasplantar a pacientes con mayores factores de riesgo para peores resultados posteriores al trasplante, la donación cruzada produce resultados equivalentes en comparación con los receptores de trasplante de riñón de donantes vivos de control.

Un trabajo reciente

Esta conclusión se extrae de un trabajo realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Brody de la Universidad de Carolina del Este, en el que analizaron a 2.363 receptores que recibieron riñones del Registro Nacional de Riñones durante casi cuatro años, en comparación con 54.497 receptores de control. De los receptores de trasplante cruzado, el 46% eran mujeres, 18% eran de raza negra, el 12% eran hispanos y la mediana de edad era 51 años. La principal conclusión fue que los receptores de los dos grupos tuvieron tasas similares de insuficiencia orgánica (5-6%) y mortalidad (9-10%).

Estos datos, según los investigadores, suponían reafirmar que las donaciones cruzadas de riñón son una forma segura y efectiva de tratar a pacientes con donantes vivos incompatibles. En palabras de David B. Leeser , investigador del estudio, el mismo demostraba que “en el futuro, la comunidad de trasplantes puede comenzar a ver a los donantes vivos como un recurso nacional o comunitario que debe compartirse”. Asimismo, añadía que, “dado que la disponibilidad de órganos es el factor limitante en el trasplante de riñón en todo el país, la capacidad de realizar trasplantes de riñón con una mayor probabilidad de sobrevivir por períodos más largos de tiempo es un imperativo que disminuirá el número de pacientes que se colocan en la lista de espera para el trasplante”.

En España, según el último balance de la Organización Nacional de Trasplantes de 2019 , el pasado año se realizó, junto con Italia, el segundo trasplante renal internacional cruzado del Sur de Europa, en una complicada operación logística coordinada por la ONT en la que participan la Fundación Puigvert de Barcelona y el ‘Kidney Transplant’ de Padua.

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