El éxito del trasplante de riñón, unido al aumento de enfermos renales, supone que cada vez haya más demanda de este tipo de trasplante, siendo esta superior a la cantidad de órganos disponibles. De hecho, uno de los problemas no es solamente la cantidad de donantes de riñón, sino también la dificultad para evaluar la salud, no solo del receptor, sino también del donante.
Para ello, se deben tener en cuenta aspectos como que el donante tiene riñones sanos y el riesgo de desarrollar nefropatía a largo plazo es reducido, y descartar todo tipo de enfermedades relacionadas, además de otras alteraciones que puedan incrementar el riesgo quirúrgico o anestésico o transmitirse al receptor, entre otras cuestiones.
En este contexto, un grupo de investigadores han desarrollado un sistema de evaluación de la calidad del riñón antes del trasplante, mediante imágenes fotoacústicas. Los resultados han sido publicados recientemente en JCI Insight por científicos de la Universidad de Ryerson en Toronto (Canadá).
Imágenes fotoacústicas
Actualmente, el único método para evaluar la cantidad de cicatrización renal en los posibles donantes es la biopsia con aguja. Además de ser un procedimiento doloroso, su fiabilidad se ve obstaculizada por el hecho de que solo se analiza el 1% del tejido del riñón, lo que hace que se extraigan estimaciones potencialmente inexactas.
En este sentido, la investigación opta por una ruta más rápida, no invasiva y más completa para cuantificar el daño renal. Para ello utiliza en su lugar imágenes fotoacústicas.
El efecto fotoacústico (PA, por sus siglas en inglés) se puede entender a partir de fenómenos térmicos. En la imagen fotoacústica, los pulsos no ionizantes de láser son enviados a los tejidos biológicos. Probablemente, la aplicación más interesante de la fotoacústica para la medicina sea el procesamiento de imágenes, las cuales son vitales para el diagnóstico y la investigación médica, sobre todo cuando se trata de casos clínicos donde lo que se busca es causar un mínimo de molestias al paciente y evitar posibles daños colaterales
En concreto, esta nueva tecnología combina láser y ultrasonido. Así, gracias a la luz sobre el tejido renal , se crea una onda de presión que se puede escuchar con una sonda de ultrasonido.
Impacto a futuro
“Nuestros datos sugieren que las imágenes de colágeno PA son un avance importante en la cuantificación de la fibrosis que podría tener un amplio impacto preclínico y clínico. Además, mostramos que las imágenes de PA se pueden realizar en un entorno que imita el trasplante de riñón humano, lo que sugiere la posibilidad de una traducción clínica rápida”, expusieron los expertos.
Si tiene éxito, este método podría tener un impacto significativo en la práctica del trasplante y convertirse en el nuevo estándar de oro en la evaluación renal.
Además, el trabajo señala que los sistemas sanitarios podrían llegar a ahorrar hasta un total de 100.000 dólares en costos directos, anuales y por paciente, al evitar su tratamiento en diálisis. Aunque insisten en que el mayor impacto es dar a cada paciente el mejor riñón posible, mantenerlos alejados de la diálisis y darles una nueva vida duradera.
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